Las autoridades arrestaron a un sospechoso de nacionalidad turca después de una intensa búsqueda que paralizó a la histórica ciudad de casi 350,000 habitantes durante buena parte del día.
Al caer la noche, tres de los heridos continuaban en condición crítica y aún se investiga la causa del ataque. El primer ministro Mark Rutte señaló que las autoridades intentan determinar si el atentado tenía “motivos terroristas”.
El ministro de Justicia Ferd Grapperhaus dijo que el sospechoso, identificado como Gokmen Tanis, de 37 años, era una persona conocida para las autoridades de justicia y contaba con antecedentes penales, pero no dio más detalles. La policía también detuvo a otro hombre bajo sospecha de participación en el atentado, pero no dio a conocer mayor información.
El tiroteo ocurrió tres días después de que 50 personas fueran asesinadas cuando un supremacista blanco que dijo odiar a los migrantes disparó contra los presentes en dos mezquitas de Christchurch, Nueva Zelanda. No hubo indicios inmediatos de alguna relación con tales ataques.
El ataque de Utrecht se llevó a cabo en una transitada intersección de un vecindario residencial. Aparentemente el agresor contaba con un arma automática, comentó Grapperhaus. “Asumimos que hubo motivos terroristas”, dijo el alcalde Jan van Zanen mientras la policía buscaba al sospechoso, aunque añadió que no se podían descartar otras causas.
Tras el tiroteo, las autoridades ordenaron un cierre general de la cuarta ciudad más grande de Holanda, incrementaron al máximo el nivel de amenaza y aumentaron la seguridad en aeropuertos y los principales edificios del país. La policía difundió una imagen de Tanis, luciendo una barba y vestido de azul, a bordo de un tranvía. “Si esto es un ataque terrorista”, declaró el primer ministro, “entonces solo tenemos una respuesta: Nuestra nación, nuestra democracia, debe ser más fuerte que el fanatismo y la violencia”.
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